Tema II: La estrategia de los comunistas en el Estado Español es la revolución socialista

El marxismo-leninismo fundamenta su teoría en que la producción y el cambio constituye la base de todo el orden social, siendo las ideas y los conceptos de los individuos un reflejo en sus cabezas del movimiento de la realidad material. Concibe la sociedad como una estructura que se fundamenta en la producción por satisfacer las necesidades humanas y el cambio derivado de dicha producción en íntima relación con la Naturaleza, en donde la lucha de clases constituye el motor de los cambios en la sociedad divididas en clases.

El régimen capitalista de producción surge y se desarrolla rompiendo con el orden social feudal al introducir cambios en la producción, en el régimen de propiedad y posesión de los medios de producción, y en el sistema de cambio. La labor principal del capitalismo, desde el punto de vista histórico, ha sido concentrar y centralizar los medios de producción y la fuerza de trabajo, antes diseminada entre multitud de productores directos, convirtiéndolos en poderosas palancas de producción. Con ello se han desarrollado las Fuerzas Productivas que poco a poco han ido adoptando una nueva forma social, adecuado a las nuevas formas de producción: la cooperación, la manufactura y la gran industria es la forma moderna en que el trabajo toma cuerpo social en el régimen capitalista de producción. La máquina herramienta y la fábrica organizan la producción bajo la dirección exclusiva del capitalista como un todo articulado sometiendo el trabajo asalariado a los intereses de la burguesía.

En su labor incesante por desarrollar las relaciones de producción capitalistas, la burguesía abarca y asimila todo el territorio disponible creando el mercado mundial, imponiendo un gigantesco impulso a la producción y al comercio y revolucionando constantemente los instrumentos de producción y las relaciones sociales que se derivan de dicho régimen. Con el triundo del capitalismo los productores pierden el control sobre las condiciones de la producción quedando supeditados a su desenvolvimiento. La concentración y centralización económica y política es un producto del desarrollo del régimen capitalista de producción que impulsa la tendencia a que todo se rija por una sola ley, un solo gobierno, un solo interés de clase, tanto por parte de la burguesía como del proletariado.

La burguesía basa su poder económico en las relaciones de producción imperantes y de su poder político en la organización del Estado, de donde ejerce su dominio como clase. Dicho Estado vela por los intereses generales de la burguesía en la función general de crear las condiciones políticas de reproducción del capital. Ninguna fracción burguesa tiene intereses fuera del Estado como maquinaria represiva de clase, ya que ninguna se plantea su destrucción. Sólo el proletariado, organizado políticamente, acomete esta tarea dado su interés de sacudirse el dominio de la burguesía y de independizarse de las condiciones de explotación del capital, eliminando el trabajo asalariado.

Con el desarrollo del capitalismo se pone de manifiesto su finitud histórica, que toma cuerpo en la incapacidad de la burguesía para organizar la producción, anárquica desde su origen y su fundamento. El desarrollo de sus contradicciones internas se refleja en el antagonismo entre los intereses inmediatos y estratégicos de la burguesía y el proletariado: fruto de ello es la producción y desarrollo de la conciencia comunista, es decir, de la comprensión del carácter, condiciones y fin histórico del régimen de producción capitalista y del papel de las clases en la lucha social, en donde el proletariado asume, en un momento determinado, la dirección de la sociedad.

Para ello es necesario que se desarrolle la conciencia social derivada de la asimilación de la teoría marxista-leninista, madure la organización política del proletariado como clase independiente y se materialice como praxis revolucionaria. El proceso de reconstitución del partido es el acto politico que da luz verde al proceso de construcción de la sociedad comunista pues es el momento en que el proletariado empieza a actuar políticamente con sentido histórico, dejando atrás su empecinamiento por las reivindicaciones estrictamente económicas al organizarse para la toma del poder político. A ello se llega después de un largo proceso en donde el elemento determinante, aunque no único, es la formación de la vanguardia m-l, del cual depende los otros elementos del proceso.

Para el triunfo de la revolución socialista no hay etapas intermedias de republicanismo burgués, el sistema democrático que emplea la burguesía para aplastar las justas reivindicaciones sociales del proletariado para encauzarlas por la senda de la política economista. La democracia burguesa está organizada sobre la base de hacer creer que los derechos y libertades políticas por estar reconocidas formalmente son una garantía para la igualdad, cuando en realidad estas libertades individuales no se extienden a la situación social del individuo, constituyendo la base que reconoce jurídicamente la existencia de las clases sociales en donde descansa los privilegios de clase. La democracia burguesa proclama reiteradamente la igualdad de los individuos independientemente de su condición social pero reconociendo intocable la independencia de la condición social de los individuos, es decir, ser o no ser propietario de medios de producción. Lo verdaderamente importante en la sociedad burguesa no son las libertades políticas del individuo sino la condición social de las clases a la que se pertenece, que es la que determina la existencias de las clases sociales y, por tanto, los privilegios entre clases.

La revolución socialista tiene por objetivo la creación de un nuevo poder que desarrolle relaciones de producción socialistas, no sujeta a la propiedad privada sobre los medios de producción. Por tal motivo la toma del poder político y la organizacioón del Estado no se producirá de forma democrática, a través de la vía parlamentaria, ya que hay que tener en cuenta que la revolución no consiste en el reparto del poder entre las clases existentes, sino en la lucha por eliminar todo poder organizado de las clases dominantes en el capitalismo. El medio específico para destruir el viejo poder bugués y construir el nuevo poder proletario es la guerra popular revolucionaria.

La mujer proletaria, como parte de la clase obrera, para conseguir su emancipación como mujer, es decir, como clase, debe incorporarse a la lucha por derrotar a la burguesía, a la que prosigue la lucha por la revolución social hasta la conquista del comunismo, la sociedad sin clases. De otra manera su liberación será efímera, restringida a una pretendida liberación individual de corte burguesa, en donde su emancipación será en el ámbito político ligada a las libertades formales burguesa, pero en ningún caso ligado a su condición social de clase.

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