Tema III: Proceso de Reconstitución del Partido Comunista

 

El marxismo-leninismo es una ciencia y una práctica revolucionaria, la praxis por la construcción del comunismo. Esta praxis revolucionaria se apoya en la concepción dialéctica del mundo, que concibe la realidad en continuo movimiento propulsado por sus contradicciones internas, que constituye la causa de sus cambios cualitativos. La aplicación de esta concepción al conocimiento materialista de la sociedad nos aporta una comprensión integral de las relaciones humanas, en donde las condiciones de la producción conforman la base de las formas de vida y pensar de cada sociedad concreta, los cambios de unos modos de producción a otros.

Con Marx y Engles se inicia el proceso de elaboración del marxismo, en donde ambos contribuyeron de una manera decisiva al conocimiento de la estructura económica del régimen capitalista de producción, así como el papel que el proletariado va a desempeñar en dicho régimen. Para ello contribuyó de manera decisiva el descubrimiento de dos cuestiones: 1) que en las sociedades divididas en clases el trabajo humano adquiere un doble carácter (por un lado, como trabajo concreto, productor de valores de uso; por otro lado, como trabajo abstracto, productor de valores de cambio, esencial para producir el concepto plusvalía y el desentrañamiento de que el trabajo humano en determinadas condiciones sociales constituye el contenido del valor, es decir, la fuente de donde emana la explotación del trabajo ajeno) y 2) que la fuerza de trabajo asalariada también adquiere un doble carácter (por un lado, como productor dependiente del capital y creador de plusvalía para el capital; por otro lado, como creador de condiciones materiales y espirituales independientes del capital, que en determinadas condiciones ligadas al desarrollo político de la clase en consonancia al desarrollo material del capital hay un salto cualitativo para que se produzca el concepto sujeto revolucionario y el desentrañamiento de que el proletariado se constituye como clase revolucionaria, síntesis de la conciencia y la acción de clase como praxis revolucionaria, es la condición de donde emana la transformación de la sociedad capitalista hacia el comunismo).

La correcta o incorrecta comprensión de este segundo aspecto es la que determina la delgada línea entre el m-l y otras teorías no m-l sobre la construcción del partido de nuevo tipo y el modo en que establece su estrecha relación con las amplias masas obreras y populares para hacer realidad la revolución proletaria. Las distintas versiones revisionistas consideran que la clase obrera adquiere su «conciencia revolucionaria» a través del propio desenvolvimiento de la lucha de clases, ya que entienden que la conciencia revolucionaria, necesaria para participar conscientemente en el proceso revolucionario, está dado en la conciencia del obrero de por sí puesto que es depositario de esa conciencia que en su participación directa va desvelando por su propia acción junto a otros compañeros de clase o por la propaganda y agitación de los principios generales de la teoría marxista como labor del partido constituido. Sin embargo la realidad es otra muy distinta, ya que el obrero medio sólo puede aspirar a consolidar una conciencia de clase puesto que la conciencia revolucionaria es fruto de una comprensión, asimilación y puesta en práctica de la teoría marxista, concepción revolucionaria de la lucha de clases, es decir, aportada desde fuera del movimiento espontáneo de la clase, económico, o del movimiento político reformista de una parte de la clase. La conciencia revolucionaria entre los sectores más avanzados de las masas sólo puede ser creada a partir de la teoría de la vanguardia como síntesis de la vanguardia política del proletariado y parte de las masas que siguen la línea general de la revolución como movimiento revolucionario.

La conciencia revolucionaria está formada por la creencia y práctica del papel de la lucha de clases en el desarrollo histórico de la sociedad y el papel concreto del proletariado en la construcción de una nueva sociedad libre de clases sociales. La conciencia de clase proletaria es la pertenencia consciente a esa clase, es decir, la asunción de que tiene que asumirse el papel de individuo de esa clase social, actuar colectivamente como individuo de esa clase. Tanto un tipo de conciencia como otra no puede ser adquirido como resultado de un proceso de lucha espontánea, económica, de la clase obrera si no está unido necesariamente a la comprensión del papel de las clases en la lucha de clases, esto es, se asume los principios del socialismo científico. Si no se sitúa el aspecto esencial para la formación de la conciencia de clase, estado intermedio para la formación de la conciencia revolucionaria, en la toma de posición política, es decir, en la comprensión, asimilación y aceptación de los principios del socialismo científico, sino en el desarrollo de las condiciones materiales en que vive el ser social, se está cometiendo un grave error: cuando ello ocurre se está situando la formación de la conciencia en la condición externa (realidad material) en lugar de la condición interna: la teoría marxista y la experiecia histórica de la lucha de clases.

En la formación de la conciencia revolucionaria no tiene nada que ver las condiciones materiales de existencia del individuo o clases (ello es secundario), puesto que ello depende de la asimilación y puesta en práctica de la teoría marxista como praxis revolucionaria. Por eso, tanto burgueses como proletarios pueden adoptar individualmente una posición de clase revolucionaria sin que la extracción de clase sea determinante, dependiendo para ello sólo la voluntad y la predisposición del individuo. Otra cosa muy distinta es qué clase puede y tiene que acometer la revolución comunista. Lógicamente la burguesía no está en predisposición de asumir dicha tarea por ir contra sus intereses como clase. Sólo puede acometerla la clase que no tiene nada que perder por no tener ninguna propiedad social por la qué velar pero sí cuenta con la capacidad de decidir qué hacer con los medios de producción sociales, pues lo mismo que lo pone en marcha lo puede dejar en suspenso, sin producir (durante el proceso normal de la producción capitalista la clase que tiene la capacidad de la posesión sobre los medios de producción – el proletariado – está subordinado a la clase que detenta la propiedad – la burguesía – mediante relaciones de subordinación políticas-ideológicas al estar separada las relaciones de propiedad de la posesión). En este sentido la burguesía es ultraconservadora pues se aferra por todos los medios a su alcance a las condiciones sociales por las que vive y se reproduce a costa de la explotación del proletariado, mientras que ésta no necesita de la burguesía y de sus condiciones sociales para asegurar el porvenir de la sociedad futura, sociedad basada en la propiedad social y el control sobre el poder político como medios generales para extinguir las clases sociales.

Es muy común entre las vanguardias m-l identificar vanguardia con partido, entendiendo que el partido es la vanguardia de la clase que tiene por objetivo dirigir a las masas, es decir, que el partido es considerado la vanguardia de la clase con respecto a las masas, sin tener en cuenta que partido y vanguardia no se pueden identificar porque son conceptos cualitativamente distintos, que hacen referencias a realidades cualitativamente distintas. Efectivamente el partido es la vanguardia de la clase, pero es otra cosa muy distinta a la vanguardia organizada. Al identificar partido con la vanguardia organizada políticamete estamos dando por entendido que entre vanguardia y masas no hay ningún intermediario y, por tanto, se puede establecer una relación directa de tú a tú entre ambas partes, cuando en realidad es a través de dicho intermediario como se hace posible y efectiva la articulación politica entre la vanguardia y las masas para construir el partido. Hay que tener en cuenta que tanto la vanguardia como las masas no son totalidades homogéneas, existiendo distintos niveles en su interior que los diferencian como parte de la totalidad que determina relaciones políticas específicas paras resolver dichas diferencias.

El concepto de clase está determinado, en un principio, por las relaciones sociales de producción (es una totalidad abstracta). Pertenecen a una clase aquellos individuos que reralizan una determinada función a tenor del lugar que ocupan en la producción. Es una determinación externa a la conciencia y voluntad de los individuos que le viene impuesta por su condición social. Pero esta determinación no abarca todavía la totalidad del concepto. Si todo concepto es expresión de una realidad material o social, fruto de relaciones objetivas, en el concepto de clase social es fruto de las relaciones sociales entre distintas clases y entre los elementos que conforman las clases. En este sentido la clase se define por su posición ante las condiciones que la determinan como clase: la pertenencia a una clase ya no es fruto de la función que realiza en la producción o en la sociedad, sino de la posición política que se adopta ante las condiciones de la producción. Una clase es clase en la medida que es totalidad en acción y la pertenencia a la clase ya no depende de la función que realiza sino de la posición que adopta como parte de la clase. Dentro de la clase obrera existen dos esferas de conciencia: la espontánea (masas) y la revolucionaria (vanguardia), y dentro de la espontánea: la inconsciente (amplias masas) y la consciente (determinadas masas). Las amplias masas forman parte de la clase – es una condición objetiva – pero no por ello tienen conciencia de clase, ni mucho menos conciencia política (revolucionaria), ya que ella es fruto del conocimiento científico de la realidad social y de la aceptación de una teoría revolucionaria (m-l). La comprensión y aceptación de la propaganda revolucionaria difundida por la vanguardia sólo es posible si se tiene conciencia de clase, es decir, determinada comprensión de la realidad social pero dominada por una concepción economista de la lucha de clases, por lo que aquella no puede ser asumida por las asmplias masas si no es a través de la intermediación de una parte de la clase: los que tienen conciencia de clase.

Este es el proceso general en donde el proletariado va elevando su nivel de conciencia hasta constituirse en partido comunista para abordar su misión histórica: la construcción de la sociedad comunista, que se tiene que adaptar a las condiciones políticas de la formación social concreta en que se va a desarrollar el proceso revolucionario. Esto es muy importante porque de lo contrario estaremos aplicando formulaciones generales sin tener en cuenta las condiciones concretas, lo que haría fracasar la tarea histórica. Cuando no se tiene en cuenta las intermediaciones se entiende que el partido es la vanguardia, y que el proceso de formación de la vanguardia es el proceso de formación del partido, vinculándose directamente el partido a las masas a través de una ligazón de la van- guardia m-l con las amplias masas. Según dicha concepción ¿cuándo se podría determinar que el partido está constituido? Cuando la vanguardia m-l lo esté, es decir, cuando conquiste la hegemonía ideológica y política en el seno de la vanguardia en general, compuesto por el conjunto de organizaciones que se enfrentan al sistema capitalista.

Entendemos que una cosa es el proceso de construcción de la vanguardia y otra muy distinta el proceso de construcción del partido, aunque un proceso incluye al otro necesariamente. El proceso de formación de la vanguardia es neceario para la formación del partido, pero no lo hace directamente, en un principio, a través de las amplias masas, sino con determinados sectores de la clase para construir el movimiento revolucionario mediante la fusión de la teoría marxista con el movimiento de la clase como partido comunista. Es a partir de la culminación de este proceso de construcción del partido comunista cuando se inicia el «acercamiento» del Partido como vanguardias política de la clase con las amplias masas, es decir, con el movimiento espontáneo de masas. El Partido, así constituido, como movimiento revolucionario, que vive al margen y en unión del movimiento espontáneo de las amplias masas, existe como relación social, manifestándose en la lucha de clases en tres etapas: relación entre las distintas vanguardias (la m-l y lo no m-l), relación entre dicha vanguardia (en donde la m-l va conquistando su hegemonía ideológica y política) y el sector de la clase obrera que acepta los principios del socialismo científico, relación entre el Partido comunista como movimiento revolucionario y las amplias masas obreras y populares.

Decimos relación social y no sólo organizativa, la supuesta dirección de la vanguardia sobre las masas, que es a la que la reduce la concepción organicista de la construcción del partido, que nada tiene que ver con la lectura que se desprende del Qué hacer de Lenin. El movimiento revolucionario, esto es, la fusión de la teoría con la práctica marxista, es decir, del socialismo científico con el sector del proletariado que asume la línea general de la revolución proletaria no es lo mismo, aunque así se tiende a concebirlo, que movimiento espontáneo transformado por la acción de la vanguardia mediante la difusión de los principios del socialismo científico. Durante el proceso de construcción del partido la vanguardia m-l actúa en el movimiento de masas pero no políticamente en el movimiento espontáneo de masas sino en el seno de determinadas masas. Actúa, principalmente, en el movimiento de la vanguardia mediante la lucha de dos líneas entre la concepción y la práctica m-l y la no m-l para conquistar la hegemonía ideológica dentro de ese movimiento como vanguardia teórica, primero, y vanguardia práctica, después. Es, en este sentido, por lo que decimos que no es la vanguardia la que actúa en el movimiento espontáneo de las amplias masas, sino el Partido una vez constituido como movimiento revolucionario (sistema de organizaciones) para atraerse al movimiento espontáneo hacia sus posiciones dado que se ha ido fraguando la vinculación con las masas a través de su concepción revolucionaria y la articulación política de los líderes naturales de dichas masas.

No es la vanguardia la que actúa en el movimiento espontáneo de masas, sino el Partido, esto es, el movimiento revolucionario de masas en el que actúa sobre el movimiento espontáneo atrayéndoselo a sus posiciones. Sin movimiento revolucionario, es decir, sin la fusión entre la vanguardia y el sector de la clase obrera y popular bajo su influencia no se puede atraer al movimiento espontáneo hacia la línea política del partido revolucionario, esto es, la línea general de la revolución proletaria. El movimiento espotáneo de masas nunca puede dar el salto cualitativo de asumir y desarrollar una política revolucionaria por el simple desarrollo de la lucha reivindicativa; todo a lo más que puede aspirar es a reproducir una políica tradeunionista y reformista debido a sus propias condiciones de existencia en donde reproduce socialmente las relaciones sociales capitalistas y la ideología burguesa de concebir el mundo. El movimiento espontáneo de las masas tampoco puede comprender los principios del socialismo cietíficio por la mera difusión de dicha ciencia por la praxis de la vanguardis m-l, pues se hace necesario una intermediación que la haga comprensible y asimilable a través del movimiento revolucionario o Partido comunista.

Como decimos, el movimiento revolucionario, efectivo, real, es la fusión de la conciencia de la vanguardia con el sector más avanzado ideológicamente que se plasma como praxis revolucionaria. A partir de que esa fusión se empieza a producir una mutación efectiva, real, en el nivel de conciencia entre las amplias masas dado que se van incorporando a las tareas prácticas de la revolución proletaria a partir de dintintas fases. Para que sea efectivo ese proceso se tiene que llevar a cabo otro proceso, etapa del proceso general, que llamamos proceso de Reconstitución, etapa donde la vanguardia ajusta sus cuentas pendientes con las distintas concepciones y prácticas del revisionismo que han ido pasando como genuinamente m-l. Durante esta etapa el aspecto principal de la relación vanguardia m-l y vanguardia teórica es la vanguardia m-l, lo que determina que las tareas estén centradas en dicho aspecto principal, esto es, en la formación teórica de la vanguardia m-l, el desentrañamiento de las concepciones revisionistas que pasan por m-l y las crítica a dichas concepciones en el seno de la vanguardia teórica a través de la lucha de líneas, a la vez que van elaborando aspectos de la línea general en corcondancia con los cambios producidos en la lucha de clases motivado por el desarrollo material y político del régimen capitalista en su fase imperialista.

En la etapa de creación del movimiento revolucionario la tarea principal es elaborar la línea general en concordancia a la situación concreta en donde se despliega la lucha de clases (contradicciones generales de la lucha de clases a nivel nacional) como un aspecto concreto de la situación concreta de la cadena imperialista (contradicciones generales de la lucha de clases a nivel mundial) a la vez que se va cimentando el movimiento práctico del sector revolucionario y se hace presente en la lucha del proletariado. Claro está, al margen y en relación con el movimiento espontáneo de las distintas clases que se enfrentan al capital.

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